Consumir de forma responsable implica valorar los productos y los servicios que tienen en cuenta la justicia social, la ética y la protección del medio ambiente. Cuando consumimos colaboramos en todos los procesos que hacen posible el objeto o servicio consumido; el consumo responsable consiste en valorar estas repercusiones (sociales, económicas y medioambientales) en el momento de elegir un producto.
El consumo consciente y transformador va más allá del hecho de consumir: trata de la salud, de las relaciones, del tiempo, de la coherencia, de la dignidad, de los valores y de la forma de vivir. Nace de las ganas de explorar otras formas de consumir y vivir que nos permitan sentirnos más coherentes y satisfechos.
Pero, podemos cambiar el mundo desde el consumo? Es difícil responder a esto, así que, más que preguntarnos por la meta, es mejor concentrarse en el camino. Lo más importante es no dejar que el consumo siga transformando nuestras vidas, nuestros barrios y pueblos.